miércoles, 5 de enero de 2011

Crítica Dinner for Schmucks


Primero que todo debo señalar que ví Le diner de cons o más conocida como La cena de los idiotas, comedia francesa de 1998 dirigida y escrita por Francis Veber, y la cual considero que es la mejor comedia de la década del 90. Como en Estados Unidos escasea la creatividad en el cine, especialmente en las comedias en los últimos años, llegó el turno de hacer el remake de este éxito del cine francés.

La película cuenta la historia de Tim (Paul Rudd), ejecutivo de una compañía que recibe la buena noticia de que será ascendido a un puesto entre los principales directores de la empresa. El problema es que primero debe acudir a una cena que acostumbran realizar los integrantes de la plana ejecutiva, en la cual todos invitan a un "idiota" para reirse de ellos. Así que Tim deberá buscar uno para poder dar una buena impresión y lograr tan ansiada recompensa. Y justo por azar, su camino se cruza con el de Barry (Steve Carell), quien justo calza en el perfil de persona que el protagonista necesita.

El gran problema de una adapatación de una obra ya realizada, es que quieran o no, aparece la comparación, y en este caso, Dinner for Schmucks sale perdiendo por goleada. No haré mayor comentario del filme galo pues espero realizar una reseña sobre ella más adelante, por lo tanto me remitire solo a comentar su remake. La película no genera demasiadas risas, se hace exageradamente larga (mínimo debió durar 30 minutos menos) y las actuaciones no destacan. No sabe aprovechar de buena manera el excelente guión que escribió Veber, y la variación que hacen los estadounidenses para realizar algo más diferente, que tenga vida propia, no termina de encajar del todo. Es muy correcta políticamente hablando, por lo cual la supuesta "idiotez" de los personajes no es aprovechada. En vez de ser parte importante, termina siendo solo algo anécdotico, que no causa demasiada gracia.

El director Jay Roach (el mismo de Meet the Parents) no sabe aprovechar el excelente cast que tiene a mano, demostrando una vez más que no logra buenos resultados con las comedias, siendo su única obra interesante a la fecha el film de tintes políticos para la televisión Recount. Zach Galifianakis realiza de mala manera su personaje secundario, no resulta creible para nada, caricaturizándolo al máximo, sin generar mayores risas. Paul Rudd está como siempre, no brilla ni desentona. Lo único rescatable resulta ser Steve Carell. Sin lograr brillar, crea un personaje ingenuo y querible, del cual uno se rie no de él, sino de las situaciones que le suceden, manteniendo siempre a Barry con la frente en alto, pase lo que pase. Sabe darle una personalidad propia, diferente al de la versión original. El problema es que el guión no lo acompaña, por lo cual no permite un mayor lucimiento de sus cualidades como comediante. Lucy Punch, quien goza de pocos minutos en pantalla, es el segundo punto bueno del filme. Pero más allá, no hay que destacar.


En síntesis, si no ve Dinner for Schmucks, no se pierde nada del otro mundo. Recomendable solo si no a visto la película original y si es fan de Steve Carell. Pero ya es hora de que el actor de la serie The Office empiece a elegir mejor sus papeles, pues si sigue realizando obras como estas, no demostrará nunca del todo en la pantalla grande las condiciones de sobra que tiene, para convertirse en la gran estrella de la comedia norteamericana.

Calificación: 3

1 comentario:

BeaClane dijo...

Tenía ganas de verla pero visto lo visto... Ni siquiera se estrenó en España después de anunciar que sí lo haría. Es una pena desaprovechar un reparto así como tú dices... A ver si consigo verla para fundamentar mi opinión.

Muy buena crítica ;D.