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domingo, 19 de junio de 2011

Clásicos Modernos: Le Dinner de Cons


Antes de comenzar otra sección nueva en el blog, solo comentar que mi idea original era ver y hacer la reseña de la película No Strings Attached, pero esa atrocidad de filme merece un 1 de calificación y ni siquiera realizar un análisis más a fondo de ella. Y como tenía ganas de ver una comedia, elegí ver la mejor que tenía disponible, esta pequeña obra maestra de la década del '90 y una de las cintas que más me ha causado risa en mi vida: Le Dinner de Cons.

Esta realización de 1998, más conocida como La cena de los idiotas y dirigida-escrita por Francis Veber, tiene todos los ingredientes para causar la admiración y gratitud eterna de todos quienes la hallamos visto al menos en alguna ocasión. Es una obra simple, entrañable, inteligente, graciosa, crítica, honesta y bastante real. Puede parecer liviana, pero en el fondo, oculta muchas críticas a la sociedad actual y sacando toda esa comicidad que produce el gigante Jacques Villeret o el enorme Daniel Prévost, en el fondo, se ve una película con bastante lecturas de fondo. Pero no ahondare más en eso, porque es tarea para cada uno darle la mirada a este filme, asi que solo centrare mi atención en lo respectivo a la sensación que deja a uno el filme francés.

Pierre Brochant (Thierry Lhermitte) es directivo de una empresa en la cual el gran momento en la semana de toda la plana mayor, es juntarse de vez en cuando a cenar. Pero no es solo ir a comer, sino que cada uno de ellos deberá llevar un idiota de invitado, para causar las risas de todos. Pierre no tenía a quien invitar hasta que la recomendación de un amigo le sirvió para encontrar su acompañante, un simpatico y torpe empleado del Ministerio de Hacienda, François Pignon (Jacques Villeret). Para conocerlo, Pierre lo invita a su domicilio y asi llevarlo a la reunión, sin embargo una dolencia física se cruza en el camino, quedando al cuidado de François. Y todo lo que acontece esa noche, es imborrable para todo aquel que tenga el agrado de ver el filme.

No me centrare demasiado en los aspectos que ocurren dicha noche, porque como buena comedia, la idea es que la gente se ria y el éxito de que eso suceda con el filme, es que uno lo vea pensando ¿que pasará? Porque desde el momento que conocemos a Pignon, sabemos que cualquier cosa puede pasar. Y aún más después que conocemos al compañero de trabajo de él, Lucien Cheval. Le Dinner de Cons es una maravilla. Esta inteligentemente escrita, no tiene yerros el guión de Veber. Tiene una duración de 80 minutos, bastante más breve que lo habitual, pero eso es otro de los grandes aciertos del filme. Acá nada sobra, no se alarga cosas sin importancia ni hay momentos en que el ritmo decae. Es una obra completa desde el primer hasta el útimo minuto. Todo se agradece.

Pero el alma del filme, lo esencial, lo que prevalece en gran medida por sobre el resto y por lo que logró encantar a millones de personas alrededor del mundo, es el protagonista. La cena de los idiotas permite el lucimiento total de Jacque Villeret. Tiene un corazón enorme Pignon, porque precisamente el actor sabe dotar de encanto a su personaje. Es un ser torpe, que comete mil y un errores, pero es solo porque busca hacer lo correcto, ser una buena persona. Y eso se ve, porque François es un hombre querido. Sus compañeros de trabajo lo aman. Su esposa no, eso lo verán en el filme, pero el mundo le tiene gran estima a él. Pero tiene esa idiotez por asi decirlo, que es la mirada que prevalece para Pierre, que es la mirada superficial y fria que tiene la sociedad actual con la gente, que califica a las personas con una sola palabra, acorde a lo que ve externamente y no a lo que percibe intermanente. Lhermitte esta simplemente correcto como Pierre pues acá su personaje solo sirve para permitir aún más que brille su contraparte. Mientras que el resto de los secundarios esta muy bien, principalmente un Daniel Prévost que esta espectacular, cada intervención suya es notable, y se luce junto a su amigo François. Esas charlas de fútbol entre ambos por telefono son geniales.


Le Dinner de Cons es un 10 absoluto. Si podemos hablar de obras maestras en las comedias verdaderas, esas que son para reír con ganas y que las carcajadas se escuchen afuera de tu casa, La cena de los idiotas es una obra maestra sin lugar a dudas. Es la mejor comedia de los años 90, es quizás la última gran obra cómica del cine mundial, es un destello del talento de Villeret que lamentablemente falleció hace algunos años. Es la demostración el porque una película no tan mala como Dinner for Schmucks, el remake estadounidense en manos de un trio de primer nivel como Steve Carell, Paul Rudd y Zach Galifianakis, pasa a ser una vergüenza y debería borrarse todo registro de su existencia, al ver la original francesa. A todo aquel que no la ha visto, la recomendación es obvia: VEANLA!. No se arrepentiran, y si lo hacen, reclame acá con confianza.