Debo reconocer que hace una semana atrás no conocía la existencia de esta película. Es más, creo que muy pocos conocen este filme. Pero un día de estos ví que Jay Baruchel estaba nominado como mejor actor en película canadiense por la crítica de Vancouver, y eso me llamo la atención, pues conozco al actor solo por las comedias que a realizado, como Almost Famous y Fanboys por ejemplo, y son muy pocas las veces que un actor sea reconocido por su trabajo en una obra cómica. Así que, tras una rápida investigación de cinco minutos, decidí verla. Menos mal que lo hice. Es que de vez en cuando llegan filmes de los cuales uno no espera nada y gracias a eso, se disfrutan bastante. Con The Trostsky me sucedió eso.
Leon Bronstein (Jay Baruchel) es un joven idealista que se cree la reencarnación del fallecido líder soviético Leon Trotsky (el cual primero tenía como apellido precisamente Bronstein). Por ese motivo busca su propia revolución siguiendo los pasos del nombrado personaje. El problema es que no sabe en que centrar su lucha, hasta que debido a conflictos con su padre, es sacado de la escuela privada donde estudia y es derivado a un establecimiento público. Y allí es donde comienza la aventura revolucionaria de Leon y todo lo positivo de la película.
A simple vista, recrear toda la revolución bolchevique a la sociedad actual es complicado, principalmente en un país que tiene una de las democracias más potentes del mundo, como es Canadá. Y situar todo el contexto de la obra en pleno mundo de los secundarios, es aún mas difícil, pues tal como se afirma en la película, la juventud actual está tan desilusionada del mundo social-político, que no participa más allá. El filme plantea la duda si los jovenes están apáticos o bien, están aburridos, y por ese motivo no reaccionan ante nada. En ese sentido, el guionista-director Jacob Tierney realiza un arriesgado y brillante trabajo, con una obra a la cual se le valora o no, pues las temáticas que tocan no son para nada habituales dentro de la cinematografía actual, y menos dentro del género de la comedia. Quien quiera ver algo simple y que saque carcajadas, acá no lo encontrará. Pero si quiere ver una inteligente obra, con mucha crítica social y que da una reflexión interesante sobre la juventud actual, sacando a la vez más de una risa, tiene que ver The Trotsky. Tierney merece varios aplausos por atreverse con esta historia
Y el otro punto fuerte es la interesante actuación del joven Jay Baruchel, acostumbrado a papeles pequeños en comedias y que poco a poco a ido haciendose un nombre dentro de la industria del cine americano. Representar a un lider soviético de los años 20, en plena época globalizada, es bastante complejo, y Baruchel sabe tomar el peso de la película, haciendo una interpretación muy completa, especialmente tanto a nivel de gestualización. como en posturas físicas. Mientras más minutos uno va viendo The Trotsky, más se valora el trabajo del actor. El resto del cast esta bien, cumple con su cometido.
The Trotsky es una película sin términos medios, se disfruta o no. Pero quienes disfruten con ella sentirán que es una de las mejores comedias sobre la época de la secundaria en los ultimos años, pues entrega una mirada fresca e inteligente sobre la juventud, enmarcado en un contexto tan surrealista como es que exista la reencarnación de un ícono del marxismo como es Leon Trotsky. Muchas de las situaciones pueden llegar a parecer pocos creíbles, pero si uno se entrega a la película, disfrutará bastante con ella. Una muy buena joyita del cine, que a pasado bastante desapercibida.
Calificación: 7