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martes, 27 de septiembre de 2011

Crítica Drive

Comenzamos las críticas de las películas con aspiraciones a los Oscar con un filme del cual no había oído hablar, hasta que apareció ese maravilloso trailer con un Ryan Gosling que conquistaba al público con solo una frase: "I Drive". Ganadora en Cannes al mejor director, Drive se presentaba ante mis ojos como una de esas películas destinadas a impactar, a dejar recuerdos inolvidables, de esas obras que las ansias y las expectativas te hacen deseoso de poder verla lo antes posible. Esperaba mucho de la realización de Nicolas Windign Refn y tras verla debo reconocer que no cumple con las expectaticas. Sino que las supera con creces.
Ryan Gosling no necesita nombre, es el conductor. De día trabaja en un taller junto a Shannon (Bryan Cranston) o bien haciendo de doble en películas de acción. Siempre al volante eso si. Y de noche, repite la fórmula, continúa sobre un automóvil, realizando labores tras el volante en diferentes asaltos. Pero no se involucra más allá, solo realiza una tarea: "I Drive". El problema y a la vez, la única alegría para el protagonista, es cuando se involucra en su vida Irene (Carey Mulligan) y su hijo Benicio (Kaden Leos). Ahí el personaje de Gosling conoce dos cosas: que la vida no es solo manejar y que por una mujer uno puede terminar con más de un problema, y en este caso, si que es un gran problema.

Drive logra hacer de la violencia poesía pura. Es una maravilla visual, una obra novedosa, creativa, perturbadora, sangrienta, reflexiva y silenciosa. Las imagenes de persecuciones son espléndidas. Winding Refn logra crear un espéctaculo a la altura de las mejores películas de acción de la historia, a un nivel en que uno piensa ¿Qué película de este género es superior a Drive? Respuesta aún no tengo. El guión de Hossein Amini es perfecto, no necesita de diálogos extensos para desarrollar la historia. Un simple gesto, mirada, acción y mayoritariamente, un silencio, es lo único necesario para ir develando hacia donde va la historia. Un trabajo de edición muy completo, una banda sonora atractiva y una fotografía excelente. En categorías técnicas, de guión y dirección, el filme no tiene fallas.

Y para que un producto en apariencia perfectamente sincronizado, dé un paso más allá y sobresalga de mayor manera, necesita de un elenco iluminado. Y acá todos están en estado de gracia. Ryan Gosling crea un personaje silencioso, hipnótico, que no dice mucho pero a la vez lo expresa todo. Gosling es imponente, carismático, da escalofríos verlo. Es la demostración definitiva del por qué es el mejor actor de su generación y uno de los mejores de toda la industria. Brinda nuevamente un actuación de Oscar. Mulligan está reluciente en pantalla. Tiene un ángel innegable y un rostro tierno que enamora. Muy buena interpretación. El resto de los secundarios están perfectos, muy bien escogidos para sus roles, pese a lo poco que aparecen Oscar Isaacs, Ron Perlman y Christina Hendricks. Para el final dejo a Bryan Cranston que se demuestra que no solamente en su rol de Walter en Breaking Bad (serie imprescindible de ver) es un gigante de la actuación, sino que en pantalla grande también sobresale.  Un papel hecho a su medida que es mejor descubrirlo al ver el filme. Y Albert Brooks que tiene uno de esos papeles que grita Oscar por todos lados. Conocido por su veta cómica, acá es uno de los jefes de la mafia local, con uno de esos nombres que quedan grabados en la historia: Bernie Rose. Brillante performance que seguramente será reconocida a lo largo de la temporada de premios.



Drive es un filme que será de culto, de esos con frases míticas y escenas inolvidables. Una película potente, visualmente arrolladora, con violencia extrema justificada. Es una de esas obras en que uno grita, aplaude y queda con la boca abierta. De esas que no tienes simpatía por ningún personaje porque sabes que todos tienen su lado oscuro, por ende no cae en el sentimentalismo barato habitual. Acá es solo adrenalina, agilidad, creatividad. Cine del bueno. Mis respetos para Winding Refn, Amini, Gosling, Mulligan, Cranston y Brooks. Nos regalaron una maravilla que te deja sin aliento. Que te deja sin palabras, pero que a la vez con solo una frase, deja todo en claro: "I Drive". Gosling nos conduce a una obra maestra.

Calificación: 10    

jueves, 3 de febrero de 2011

Crítica Blue Valentine


Hay filmes que uno desea ver solo por algun actor en específico. Daniel Day Lewis, Leonardo DiCaprio, Meryl Streep, Amy Adams, Sean Penn, Edward Norton y Benicio del Toro son algunos de los nombres que se me vienen a la memoria en este momento. Si actúa uno de ellos, es sinónimo de que el filme será muy bueno. Por eso mismo esperaba con ansias Blue Valentine, porque trabajaba Ryan Gosling, del cual soy fan desde que ví por primera vez The Believer. Tengo siempre las expectativas altas en cuanto a su filmografía y en esta ocasión, quedé muy feliz con el resultado final. A continuación el porque.

El filme cuenta la historia de amor entre Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams). La vemos desde el momento en que se conocen, hasta los últimos días de existencia de esa relación amorosa. Observamos el enamoramiento de ambos, mientras también somos testigos de como todo finaliza. La trama central de Blue Valentine es esa, pero como suceden las cosas y como la viven, es lo maravilloso que nos entrega esta obra.

Derek Cianfrance (también es el director), Joey Curtis y Cami Delavigne nos obsequian uno de los mejores guiones de la temporada. Todo está muy bien escrito y detallado, y muy bien plasmado en pantalla por Cianfrance. Es una maravilla y una tortura a la vez. Mientras la pareja está en pleno proceso de enamoramiento, nosotros nos enamoramos de ellos también. Nos encanta la sonrisa de Williams, y nos sentimos felices por la insistencia y el compromiso de Gosling. Y cinco minutos después, sentimos como el corazón se nos inunda en pena, viendo esos dolorosos momentos en el motel. Es fuerte ver en pantalla como un amor tan lindo, muere frente a nuestros ojos. La división pasado-presente está muy bien realizada, la historia fluye sin problemas y pese a lo denso que podría haber sido la película, uno se va involucrando cada vez más con la historia. Uno de los grandes aciertos es el guión, el cual debío ser apreciado de mejor manera por la Academia.

Y si decíamos que un acierto era el texto, un plus aun mayor son las actuaciones. La dupla Ryan Gosling-Michelle Williams es impresionante. Ambos dejan el alma en el filme. Una Williams maravillosa, la cual tiene una luminosidad increible en los momentos iniciales de la relación entre Dean y Cindy. Brilla con luces propias en la pantalla durante esas escenas. Y en los momentos más dramáticos, es definitivamente otra persona. Ese desencanto amoroso que sufre su personaje, lo vemos en el rostro de ella. El mismo que antes estaba iluminado, ahora esta apagado. Una performance de primer nivel, y que me deja con una duda inmensa: ¿Quién está mejor, Natalie Portman o Michelle Williams? Aún no tengo respuesta, pero cualquiera de las dos, merece el Oscar. Y en la otra vereda tenemos a un Ryan Gosling que una vez más nos regala una actuación que quedará en la memoria colectiva de los amantes del cine. Es impresionante la cantidad de papeles memorables que nos ha dejado el actor en los últimos años: Danny en The Believer, Noah en The Notebook, su espectacular retrato de un drogadicto profesor en Half Nelson, el gran duelo actoral junto a Anthony Hopkins en The Fracture, y el entrañable hombre enamorado de una muñeca  en Lars and the Real Girl. A todas esas , debemos sumar Blue Valentine. No logramos comprender como, ese joven apasionado, que amaba a Cindy por sobre todas las cosas y que se entregó por completo a ella, ahora es un fantasma, sin ambiciones, sin sueños y que trata de muy mala manera a su mujer. Uno se pregunta donde diablos quedó Dean y quien tomó su lugar. Un Gosling que sufre por dentro y que en su rostro endurecido igual logramos captar su sufrimiento. Una actuación digna de Oscar, por lo cual no se entiende como no entró en la quina final.


En Blue Valentine vemos que el amor y las buenas intenciones no siempre son suficientes. Un brillante trabajo de Derek Cianfrance tanto en dirección como en guión. Dos actores que se entregan por completo en el filme. Y una película digna de recibir aplausos al terminar la función. Esta son las obras que uno agradece de que existan. Un magnífico trabajo en conjunto que termina siendo una de los mejores filmes de la temporada.

Calificación: 9