
Siempre imaginé que The Fighter sería una obra que me gustaría, porque me gustan los filmes que se han realizado sobre el boxeo. Además se veía que contaba con un elenco de primer nivel. Eso sí, pensaba que sería la típica película sobre un deportista esforzado, que debe luchar contra mil cosas para poder lograr un título mundial y a la larga tener un final feliz. Como Rocky o Cinderella Man. Pero no, el filme del director David O. Russell tiene diferentes matices y conflictos, que logra crear algo completamente novedoso y bien estructurado, para una historia a la cual ya vislumbramos que final tendrá.
The Fighter trata sobre el boxeador Mickey Ward (Mark Wahlberg). De como su carrera está en el suelo producto de varios contratiempos que sufre debido a la intromisión de su numerosa familia, principalmente su controladora madre (Melissa Leo) y su hermano-entrenador Dickie (un inconmensurable Christian Bale), quienes son los encargados de manejar al boxeador. El problema es que los resultados no son los esperados por Mickey y empieza a dudar de mantener esta sociedad con su familia, justo en momentos que conoce a Charlene (Amy Adams), una joven trabajadora de un bar, la cual causa celos en la familia del deportista, pues ven como se aleja no solo un miembro de su clan, sino que también la única fuente de ingresos familiar. Y ahí es cuando empieza a relucir el trasfondo de The Fighter.
La película funciona por varios aspectos. En vez de centrar la historia en contar exclusivamente lo que sucede con Mickey y su carrera, que es lo habitual en este tipo de filmes, los guionistas se enfocan en los cuatro personajes planteados, y vemos como cada uno de ellos han sufrido una vida poco afortunada. Todos luchan contra sus propios demonios y buscan salir adelante. Es una historia de redención familiar, donde todos tienen diferentes motivos por los cuales han pasado malos momentos, pero tienen algo importante en común, si Mickey logra sus propositos, no solo gana él, sino ganan en conjunto. Él es la clave, es lo que puede hacer que todos den un giro en 180 grados y comiencen a sonreírle a la vida. Y para lograr ello, tienen que enfrentar primero todos los obstaculos que tienen en frente y dar la pelea a la vida. No solo el personaje de Walhberg debe batallar, sino que todos, y eso logra que los cuatro protagonistas de la película se luzcan en sus papeles y permitan crear una obra que en ningún momento decae, ya que hay suficiente material en el cual manejarse. Esa es la gran virtud del guión, el no ser exclusivamente una película de boxeo, no se queda en lo fácil y simple. Y es la gran virtud también de David O. Russell, quien plasma todo en pantalla de manera excelente.
La película funciona por varios aspectos. En vez de centrar la historia en contar exclusivamente lo que sucede con Mickey y su carrera, que es lo habitual en este tipo de filmes, los guionistas se enfocan en los cuatro personajes planteados, y vemos como cada uno de ellos han sufrido una vida poco afortunada. Todos luchan contra sus propios demonios y buscan salir adelante. Es una historia de redención familiar, donde todos tienen diferentes motivos por los cuales han pasado malos momentos, pero tienen algo importante en común, si Mickey logra sus propositos, no solo gana él, sino ganan en conjunto. Él es la clave, es lo que puede hacer que todos den un giro en 180 grados y comiencen a sonreírle a la vida. Y para lograr ello, tienen que enfrentar primero todos los obstaculos que tienen en frente y dar la pelea a la vida. No solo el personaje de Walhberg debe batallar, sino que todos, y eso logra que los cuatro protagonistas de la película se luzcan en sus papeles y permitan crear una obra que en ningún momento decae, ya que hay suficiente material en el cual manejarse. Esa es la gran virtud del guión, el no ser exclusivamente una película de boxeo, no se queda en lo fácil y simple. Y es la gran virtud también de David O. Russell, quien plasma todo en pantalla de manera excelente.
Y lo más rescatable está en materia actoral. Tanto una notable Melissa Leo, como Amy Adams, quien deja de lado su habitual inocencia en sus roles, para darnos una excepcional interpretación, diferente a todo lo que había realizado previamente en su carrera. Christian Bale recrea de manera perfecta a Dickie, demostrando que tiene dotes para la comedia que no se notaban debido a su tendencia a papeles más serios y oscuros en obras como Batman o The Machinist. Su interpretación es en mi opinión, la mejor del 2010 en materia actoral masculina. Y si bien Mark Wahlberg es lo más bajo, su performance es bastante correcta. Eso sí, gracias a él, y bajo el apoyo de su productora, se logró llevar a la pantalla la vida de Mickey Ward y la de toda su familia, asi que es aplaudible todo el esfuerzo que realizó para lograr la existencia de The Fighter y dejar vivo el legado de los Ward-Eklund .

Como conclusión, quizás The Fighter no sea del agrado de todo el público, pues no sigue la tendencia similar de los filmes de boxeo y no se ven grandes escenas de combates, sino es más que nada un drama familiar y toda una lucha de egos, celos, envidias y conflictos que se van resolviendo a medida que pasa el metraje. Y si bien el final es previsible, es bastante alentador el mensaje que da. Una excelente obra, que lamentablemente le tocó competir en un muy buen año en el cine estadounidense, por lo cual no recibirá toda la atención y loas que se merece.
Calificación: 9